jueves, 28 de febrero de 2019

Madrugadas infinitas

Noches de insomnio, pensamientos aleatorios, lágrimas sin fin, ansiedad por doquier. Pero todo tiene su cauce en el mismo lugar. Todo me lleva al mismo recuerdo, al mismo infierno. Que lindo seria tener un botón que borre todos los traumas, los malos recuerdos, los dolores ¿Cuantas grietas más tengo que soportar? ¿Cuán más rota puedo estar? Parece una carrera sin fin. Todos compiten por ver quien deja más marcas en mi. Pero no soy de acero, no se si se nota. A veces pienso que si, que soy de hierro e invencible. Y otros días me siento tan de cristal, una hoja de papel; todo me lastima. Y es que cuando sos una persona sensible todo te hiere, todo deja su marca. Pero yo no afronto esas marcas, esas cicatrices. Las evado, no las quiero ver entonces las tapo. Con risas, tatuajes. Con cualquiera cosa que me permita no ver, no sentir. Todo lo que me anestesie un rato del dolor, los recuerdos de todo aquello que me hace mal. Es de cobarde lo se. Pero no digo que no las enfrente del todo. Me tomo mi tiempo. Cuando me siento lista me acuesto a mirar el techo y ahí lucho. Lucho contra mi peor lado, con aquel que duele y lastima de solo pensarlo. Y ahí está, cuanto más me involucro más me duele, o poco dependiendo del dia. Pero cuando duele, duele. Eso lo puedo asegurar. El alma quema, los pulmones se deshacen con cada suspiro, la mente no tiene descanso, los ojos no saben lo que es dormir. Pero cuando aprendo a lidiar con el dolor el alma se libera, los pulmones florecen, la mente divaga y los ojos sueñan. Sueñan, sueñan por una realidad no tan cruda, con una risa sincera. A veces pareciera algo imposible, una utopía pero otros dias es como si todo lo imposible se volviera posible. Sentís que podes comerte en mundo. Pero la realidad aparece como un golpe a la boca del estómago. Como un dollyo a la cabeza. Fuerte, inesperado,seco, doloroso. No te noquea del todo. Pero te deja tirado. Por segundos que parecen horas, años, décadas. No sabes bien cuanto tiempo paso. Sólo sabes que el dolor está ahí y que no va a desaparecer fácilmente, no al menos que lo trates. Pero hay cosas que aunque se traten, si no lo curas bien va a seguir doliendo como el primer dia. No, el tiempo no cura todo. Solo hace que duela menos, que aprendamos a vivir con eso.

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