No puedo con todo. A veces esta bueno decírselo a uno mismo. No puedo con esta carrera, no puedo con esta amistad, no puedo con esta situación. No puedo conmigo. Porque si, hay situaciones, cosas, personas que nos desbordan quiza por la sobre exigencia nustra de creernos super héroes. De pensar que podemos salvar al mundo, a los otros y a nosotros mismos. Por esa exigencia muchas veces cargamos con mochilas ajenas, dolores que no nos corresponden, duelos pasados, amores que no fueron.
Pero llega un punto en el que cargar con esa mochila, ese dolor, ese duelo, ese amor nos sobrepasan. Nos agotan. Nos asfixia. Entonces es cuando te das cuenta de que ya está. De que no podes más. Y ahí empieza el verdadero cambio
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